Esta obra única es un homenaje a la Eucaristía... Los adornos vegetales de toda ella son el acanto, el trigo y la vid, enroscándose por todas las columnas que dejando colgar sus racimos en ritmo ascendente, chorrean de las conchas como charolas en un banquete legendario, forman peanas en que se posan los apóstoles, brotan de todos los rincones y se ofrecen como una dádiva al contemplador... ¿No es el vivo recuerdo del vino sacramental?
Francisco de la Maza. México en el Arte, no. 7, 1949
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